- Cambio de estaciones y husos horarios: Durante el viaje, experimentarás el cambio de estaciones al comenzar en climas fríos en Europa y terminar en las cálidas playas del Caribe o viceversa, mientras que, dependiendo de la dirección del crucero, ganarás o perderás horas al cruzar husos horarios, lo que puede afectar tus rutinas diarias y hacer que los días parezcan más largos o más cortos.
- Experiencia única de cielos estrellados: En medio del Atlántico, lejos de las luces de las ciudades, los cielos nocturnos son impresionantemente claros. La ausencia de contaminación lumínica hace que ver las estrellas, constelaciones y la Vía Láctea sea una experiencia mágica y memorable para los amantes de la astronomía.
- Días enteros en alta mar: A diferencia de otros cruceros, puedes pasar varios días consecutivos sin tocar tierra. Esto crea una sensación de aislamiento en medio del vasto océano, permitiendo una desconexión total, relajación y tiempo para disfrutar las instalaciones del barco.
- Relación con el Titanic: Muchos cruceros transatlánticos parten de Southampton, la misma ciudad de donde zarpó el Titanic en 1912. Algunos barcos incluso tienen exposiciones dedicadas a este icónico transatlántico.
- Puente entre dos continentes sin aviones: Al cruzar el Atlántico en un crucero transatlántico, experimentas la sensación de viajar entre dos continentes por la ruta original de los grandes transatlánticos, lo que llena el viaje de historia, mientras disfrutas de la experiencia tranquila y nostálgica de cruzar el océano sin aviones, recuperando el estilo clásico de viaje en barco que muchas estrellas del cine utilizaron a lo largo de la historia.
- Avistamiento de fauna marina: En algunos cruceros transatlánticos, es posible ver ballenas, delfines y aves marinas en su hábitat natural durante las travesías, especialmente en los meses más cálidos del año.