- Roma y El Coliseo: Los gladiadores no solo luchaban; también realizaban espectáculos con animales exóticos. Este impresionante anfiteatro contaba con un sofisticado sistema de elevadores y trampillas que sorprendía a los espectadores, creando un ambiente emocionante y dramático.
- Barcelona y La Sagrada Familia: aún en construcción, ha sido financiada solo por donaciones privadas. Antoni Gaudí dedicó más de 40 años a este proyecto, y cada detalle arquitectónico refleja su visión espiritual y conexión con la naturaleza, convirtiéndola en un símbolo de la ciudad.
- Estambul y La cisterna Basílica: escondida bajo la ciudad, es una obra maestra de ingeniería. Construida en el siglo VI, su ambiente místico incluye columnas decoradas y un famoso pez de Medusa, añadiendo un toque de misterio a su historia fascinante.
- Mykonos: La isla es famosa por sus “pelicanos” residentes. Petros, el pelícano original, se convirtió en la mascota de Mykonos en los años 50. Hoy, sus descendientes pasean libremente, encantando a los turistas y simbolizando la vida isleña.
Florencia: La cúpula de la Catedral de Florencia, diseñada por Brunelleschi, fue una hazaña arquitectónica en el siglo XV. Con 45 metros de diámetro, es la mayor cúpula de ladrillo sin soporte, y subir a su cima ofrece vistas impresionantes de la ciudad.